No todo es
glamour en la vida madrileña. Creo que estoy seleccionando cosas
demasiado divertidas. Y no es oro todo lo que reluce, no. Para
empezar es domingo. He estado haciendo un cartel de esos by the
face que ya había hecho ayer,
pero que al final era con orla y no con esquinazos. Opps!...I did it again y Santas
Pascuas en Belén. Cuando
termino de eso me pongo a repasar lo del Máster.
Descubro alterado que mi libreta -al igual que mi paraguas- se me
quedó olvidado en clase el miércoles. ¡Oh, aún peor, la he
perdido! Allí tenía los teléfonos de mis compañeros, aparte de
horarios de autobuses y tarjetas de profes. Quería mandar un sms a
alguno para que me mandase una cosa. No he podido. Mi gozo en el pozo
de los correos que jamás serán enviados, como aquello que decía
Kafka
de los besos de las cartas. Deberíamos habernos dado los correos y
así lo habría añadido a contactos, pero ese pérfido invento
llamado móvil siempre estropea mis planes. Pero bueno, he leído las
presentaciones power-point
(odio lo power-points,
los que me conozcan de más tiempo lo sabrán) y mis apuntes. No creo
que haya problema con mis conocimiento sobre los pdf, el arte final,
los planos anisótropos y todas esas cosas fabulosas que me miro en
estos días. Harto ya de mirar cosas, y angustiado por no saber dónde
diantres está mi cuaderno. me dispongo a salir de casa.
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Apuntes y cuaderno de anillas, pero de mi libreta con mis cosas nada. |
Mi aspecto
no es muy bueno. Mi compañero de piso siempre dice que tengo muy
mala pinta por las mañanas, como si estuviese resacoso. Difícil
siendo abstemio (o gilipollas, como me decía el otro día un
simpático señor de mi pueblo, el Campano).
Me cambio de jersey, que el que llevaba puesto tenía lamparones de
aceite, porque hoy la sartén se ha revelado. Me pongo la cazadora de
cazador del Decathlon
y una bufanda de imitación
Burberry. Por el motivo
tartán más que otra cosa (lo que aprende uno viendo Colin&Justin).
Cuando me dispongo a bajar las escaleras mi talón dice aquí estoy
yo. Yendo por la Calle
Génova el otro día con
Ramón, hice un extraño al subir una acera. Como había andado mucho
la cosa estaba caliente y no noté nada. El PP
tiene la culpa. Después
estuve de pie en la fiesta ya referida aquí, y eso ha pasado
factura. Ese tobillo me lo doble una vez que hice doblete
-me torcí los dos
tobillos a la vez- cayéndome por unas escaleras de granito que hoy
ya no existen. Lo bueno es que no era la primera vez que esa dichosa
escalera probaba mis avalanchas, porque jugando a ser bicivolador,
con un triciclo, de pequeño, me abrí una brecha en la cabeza...
los mamelucos tropiezan dos veces con la misma escalera, está visto.
Bueno, cojo el ascensor, y pate que pate, voy dando un paseo por los
aledaños, para andar un poquito y orearme. ¡Qué frío hace, por
Dios! Es ese frío fino que se filtra por las fibras de cualquier
ropaje, y te llega hasta en corazón mismo del tuétano. He ido
andando hasta un feo mercadillo medieval o similar que hay aquí al
lado. Me he acercado a un mago, vestido de Merlín,
pero en versión
yonkypalace, y hacía un
frío del demonio. No paran de sonar las gaitas. Hoy me han
despertado. Bueno, fui a tomar un cafelín a O'Faro,
un sitio buenísimo, donde desayunas café, tostada y zumo de naranja
natural por 2,20 €, y me he puesto al lado de una estufa de esas
que cuelgan de las paredes. Una pareja discutía con su hija. Las
palabrotas surgían de sus bocas a una velocidad supersónica.
Después se extrañan de dónde sacan los vocabularios los que salen
en GH
o Gandía Shore.
Salgo del techaico que ponen y el frío es de vértigo. Oteo en la
lejanía.
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Yo también quiero esos churros, parece gritar Peliche a la simpar Julia Caba Alba en esta escena de El Gafe |
Es la churrería
que está al lado del
Mercado de Puente de
Vallecas y el aroma es
embriagador. Me hubiese comido un papelón del tamaño del ego de
Sánchez Dragó,
pero reprimí mis ansias. Cojitranco me dirigí entre puestos
clandestinos de cosas robadas a un chino donde sé que venden zumo de
manzana Don Simón.
No es mi predilecto, pero es domingo por la tarde... Cojo también un
Aquarius
para hacer gasto, básicamente porque sólo tenía en la cartera un
billete de 20 euros y calderilla. Voy a pagar y le doy el billete al
chino. Tras mucho trapichear con monedas y con una cartera que se
saca del bolsillo me da la vuelta de 10. Te he dado 20, le digo al
chino, y se hace el tonto. ¡Qué me quería tangar! Me puse serio y
dije: TE HE DADO VEINTE.
Y ya me dio los 10. Si no hubiese sido cierto nunca me lo hubiese
dado, que lo sepan. Me querían timar. A lo mejor es que tengo cara
de tonto. Cara de resacoso. Cara de domingo. Cara de asco. Salgo
cojito de vuelta a casa. El frío es dickensiano; los niños van
abrigados y las aceras bullen de gente. Tras dar una vuelta a la
manzana, me vuelvo a casa, a los apuntes. Desde luego, los domingos
son gafes.
Ya mismo más en LA CIUDAD NO ES PARA MÍ.
Me
voy a Vitoria el jueves, así que a lo mejor no es tan ya mismo,
jajaja.
***
Otros gafes famosos:
El de barbas que pedía el
juguito de naranja en
El alegre divorciado,
de Pedro Lazaga con
Paco Martínez Soria.
Jessica Fletcher, que donde iba de visita cascaban uno u dos. O en Cabot Cove.
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Yo llevaba linterna mucho antes que Dana Scully, dice la escritora malrrollera |
Los contrapuntos son buenos aunque jo...roban un rato. El gafe de la "señá" Fletcher no lo es tanto para algunos (enterradores, forenses, policías, floristas, bares, sacerdotes, curiosos...), además, vive en un lugar encantador: Cabot Cove. Primero, porque no existe (como Leuret). Segundo porque es de Maine y en realidad se rodaba en Mendocino (California) que son sitios tan parecidos entre sí como los hermanos Calatrava (incluyendo al pseudoarquitecto). Y tercero: Tiene un alcalde ideal reelegido perpetuamente cuyo lema es (y así aparece en uno de los episodios): "El alcalde que nunca hace nada".
ResponderEliminarYo amo a la Señora Fletcher mucho, lueretano Ubé. Pero un poco gafecilla si que es.
EliminarYo siempre había pensado que existía hasta hace relativo poco tiempo... (2007 o así) Nueva Inglaterra tiene un montón de sitios falsos, como Innsmouth, Arckham, Kingsport, Boston o La Coruña.
Hijo mío, veo que a pesar de tus esfuerzos, la ciudad sí es para ti. Qué bien lo llevas. Sigue allí, que te conviene. Un abrazote.
ResponderEliminarLa verdad que no restoy haciendo ningún esfuerzo para que no me guste, jajajaja... Lo estoy llevando por ahora muy bien. Es como vivir en Graná, pero un poco más grande (Vallekas, me refiero). Y estoy conociendo a gente estuoenda, No tengo quejas. El título del blog es porque creía que me iba a adaptar peor. Y por hacer el tópico del pueblerino.
EliminarSer de pueblo está muy bien. Todos no pueden decir lo mismo.
Un abrazo fuerte, querida Fuensanta