domingo, noviembre 11, 2012

El Gafe





No todo es glamour en la vida madrileña. Creo que estoy seleccionando cosas demasiado divertidas. Y no es oro todo lo que reluce, no. Para empezar es domingo. He estado haciendo un cartel de esos by the face que ya había hecho ayer, pero que al final era con orla y no con esquinazos. Opps!...I did it again y Santas Pascuas en Belén. Cuando termino de eso me pongo a repasar lo del Máster. Descubro alterado que mi libreta -al igual que mi paraguas- se me quedó olvidado en clase el miércoles. ¡Oh, aún peor, la he perdido! Allí tenía los teléfonos de mis compañeros, aparte de horarios de autobuses y tarjetas de profes. Quería mandar un sms a alguno para que me mandase una cosa. No he podido. Mi gozo en el pozo de los correos que jamás serán enviados, como aquello que decía Kafka de los besos de las cartas. Deberíamos habernos dado los correos y así lo habría añadido a contactos, pero ese pérfido invento llamado móvil siempre estropea mis planes. Pero bueno, he leído las presentaciones power-point (odio lo power-points, los que me conozcan de más tiempo lo sabrán) y mis apuntes. No creo que haya problema con mis conocimiento sobre los pdf, el arte final, los planos anisótropos y todas esas cosas fabulosas que me miro en estos días. Harto ya de mirar cosas, y angustiado por no saber dónde diantres está mi cuaderno. me dispongo a salir de casa.

Apuntes y cuaderno de anillas,
pero de mi libreta con mis cosas nada.
Mi aspecto no es muy bueno. Mi compañero de piso siempre dice que tengo muy mala pinta por las mañanas, como si estuviese resacoso. Difícil siendo abstemio (o gilipollas, como me decía el otro día un simpático señor de mi pueblo, el Campano). Me cambio de jersey, que el que llevaba puesto tenía lamparones de aceite, porque hoy la sartén se ha revelado. Me pongo la cazadora de cazador del Decathlon y una bufanda de imitación Burberry. Por el motivo tartán más que otra cosa (lo que aprende uno viendo Colin&Justin). Cuando me dispongo a bajar las escaleras mi talón dice aquí estoy yo. Yendo por la Calle Génova el otro día con Ramón, hice un extraño al subir una acera. Como había andado mucho la cosa estaba caliente y no noté nada. El PP tiene la culpa. Después estuve de pie en la fiesta ya referida aquí, y eso ha pasado factura. Ese tobillo me lo doble una vez que hice doblete -me torcí los dos tobillos a la vez- cayéndome por unas escaleras de granito que hoy ya no existen. Lo bueno es que no era la primera vez que esa dichosa escalera probaba mis avalanchas, porque jugando a ser bicivolador, con un triciclo, de pequeño, me abrí una brecha en la cabeza... los mamelucos tropiezan dos veces con la misma escalera, está visto. Bueno, cojo el ascensor, y pate que pate, voy dando un paseo por los aledaños, para andar un poquito y orearme. ¡Qué frío hace, por Dios! Es ese frío fino que se filtra por las fibras de cualquier ropaje, y te llega hasta en corazón mismo del tuétano. He ido andando hasta un feo mercadillo medieval o similar que hay aquí al lado. Me he acercado a un mago, vestido de Merlín, pero en versión yonkypalace, y hacía un frío del demonio. No paran de sonar las gaitas. Hoy me han despertado. Bueno, fui a tomar un cafelín a O'Faro, un sitio buenísimo, donde desayunas café, tostada y zumo de naranja natural por 2,20 €, y me he puesto al lado de una estufa de esas que cuelgan de las paredes. Una pareja discutía con su hija. Las palabrotas surgían de sus bocas a una velocidad supersónica. Después se extrañan de dónde sacan los vocabularios los que salen en GH o Gandía Shore. Salgo del techaico que ponen y el frío es de vértigo. Oteo en la lejanía.

Yo también quiero esos churros, parece gritar Peliche
a la simpar Julia Caba Alba en esta escena de El Gafe
Es la churrería que está al lado del Mercado de Puente de Vallecas y el aroma es embriagador. Me hubiese comido un papelón del tamaño del ego de Sánchez Dragó, pero reprimí mis ansias. Cojitranco me dirigí entre puestos clandestinos de cosas robadas a un chino donde sé que venden zumo de manzana Don Simón. No es mi predilecto, pero es domingo por la tarde... Cojo también un Aquarius para hacer gasto, básicamente porque sólo tenía en la cartera un billete de 20 euros y calderilla. Voy a pagar y le doy el billete al chino. Tras mucho trapichear con monedas y con una cartera que se saca del bolsillo me da la vuelta de 10. Te he dado 20, le digo al chino, y se hace el tonto. ¡Qué me quería tangar! Me puse serio y dije: TE HE DADO VEINTE. Y ya me dio los 10. Si no hubiese sido cierto nunca me lo hubiese dado, que lo sepan. Me querían timar. A lo mejor es que tengo cara de tonto. Cara de resacoso. Cara de domingo. Cara de asco. Salgo cojito de vuelta a casa. El frío es dickensiano; los niños van abrigados y las aceras bullen de gente. Tras dar una vuelta a la manzana, me vuelvo a casa, a los apuntes. Desde luego, los domingos son gafes.

Ya mismo más en LA CIUDAD NO ES PARA MÍ. 
Me voy a Vitoria el jueves, así que a lo mejor no es tan ya mismo, jajaja.

***
Otros gafes famosos:

El de barbas que pedía el juguito de naranja en
El alegre divorciado, de Pedro Lazaga con Paco Martínez Soria.

Jessica Fletcher, que donde iba de visita cascaban uno u dos. O en Cabot Cove. 

Yo llevaba linterna mucho antes que Dana Scully,
 dice la escritora malrrollera

4 comentarios:

  1. Los contrapuntos son buenos aunque jo...roban un rato. El gafe de la "señá" Fletcher no lo es tanto para algunos (enterradores, forenses, policías, floristas, bares, sacerdotes, curiosos...), además, vive en un lugar encantador: Cabot Cove. Primero, porque no existe (como Leuret). Segundo porque es de Maine y en realidad se rodaba en Mendocino (California) que son sitios tan parecidos entre sí como los hermanos Calatrava (incluyendo al pseudoarquitecto). Y tercero: Tiene un alcalde ideal reelegido perpetuamente cuyo lema es (y así aparece en uno de los episodios): "El alcalde que nunca hace nada".

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    1. Yo amo a la Señora Fletcher mucho, lueretano Ubé. Pero un poco gafecilla si que es.

      Yo siempre había pensado que existía hasta hace relativo poco tiempo... (2007 o así) Nueva Inglaterra tiene un montón de sitios falsos, como Innsmouth, Arckham, Kingsport, Boston o La Coruña.

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  2. Hijo mío, veo que a pesar de tus esfuerzos, la ciudad sí es para ti. Qué bien lo llevas. Sigue allí, que te conviene. Un abrazote.

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    1. La verdad que no restoy haciendo ningún esfuerzo para que no me guste, jajajaja... Lo estoy llevando por ahora muy bien. Es como vivir en Graná, pero un poco más grande (Vallekas, me refiero). Y estoy conociendo a gente estuoenda, No tengo quejas. El título del blog es porque creía que me iba a adaptar peor. Y por hacer el tópico del pueblerino.
      Ser de pueblo está muy bien. Todos no pueden decir lo mismo.

      Un abrazo fuerte, querida Fuensanta

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Ponga lo que ponga, Mameluco agradecío